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Portada, contraportada y lomo – CREA

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A continuación se muestran las propuestas de arte final para portada, contraportada y lomo de los números 1 (Enero) y 11 (Noviembre)…
A continuación se muestran las propuestas de arte final para portada, contraportada y lomo de los números 1 (Enero)…

A continuación se muestran las propuestas de arte final para portada, contraportada y lomo de los números 1 (Enero) y 11 (Noviembre) de la revista creativa de iluminación «CREA».

Se continúa la línea gráfica ya propuesta para los contenidos: la revista cuenta con 48 páginas en A5 para cada número mensual. Cada número de edición se dedica a un segmento de la iluminación diferente. De las 48 páginas, 24 corresponden a un tono de «luz» o «claridad», más neutral y relacionado con proyectos de iluminación, y otras 24 páginas dedicadas a un tono de «oscuridad» o «introspección», mucho más activista, personal y con perspectiva LTBIQ+, donde mujeres del mundo de la luz son entrevistadas y diversos temas de género son abordados. Para enfatizar aún más la diferencia entre ambas secciones, la zona de «luz» comienza su lectura con la portada y trabaja en clave alta con uso de color en las imágenes así como uso de los dos colores corporativos (dos tonos de violeta), mientras que la zona de «oscuridad» comienza su lectura en el sentido inverso desde la contraportada y trabaja en clave baja con imágenes en blanco y negro.

No obstante, la línea gráfica ha evolucionado y en muchas áreas también se ha simplificado, adecuando el estilo al tipo de lector objetivo y dando mayor predominancia a la imagen y su relación con la luz. El cambio más dramático tiene que ver con el logotipo, al que se le ha quitado peso a pesar de contar ahora con una mayor presencia visual. La cabecera es por tanto más sutil y versátil.

Tanto portada como contraportada son figurativas y con una gran presencia de la cabecera, un titular principal con subtítulo, e información fija sobre la edición. El código de barras siempre se relega a una esquina de la contraportada. Todas las imágenes proceden de Adobe Stock, con licencia educativa. El proceso de trabajo utiliza las aplicaciones de Adobe Photoshop (para el tratamiento de las imágenes) y Adobe Indesign (para la maquetación).

La portada del primer número muestra a una mujer subiendo unas escaleras hacia la luz como metáfora de la incipiente (pero todavía escasa) visibilidad de la mujer en la sociedad y en particular en el sector de la iluminación. Los pesos horizontales se guían totalmente por una retícula customizada, que divide la portada en cuatro filas y cuatro columnas. La misma retícula define las diagonales que priman en las imágenes de la sección «luz». En este caso, la escalera. Para hacer coincidir imagen y diagonal de retícula se rota la fotografía. La imagen también recibe un tratamiento suave de color, mediante la adición de un filtro cálido 85 al 30%. El contraste entre esta calidez y el violeta de las tipografías es óptimo y al mismo tiempo sutil. El titular siempre usa una tipografía didona de tipo Display en cursiva, diferenciándose de la similar tipografía (con peso regular) en el título. Para enfatizar el contraste, el subtítulo utiliza una tipografía de palo seco con muy poco peso (light).

Todas las portadas buscan los triángulos en la composición, ambicionando cierta ruptura pero sin perder la elegancia y la sutileza, y siempre con la luz y la mujer como protagonistas. En este número, el triángulo oscuro inferior de la esquina derecha sirve de lienzo para titular y subtítulo, mientras que el triángulo superior de la esquina opuesta crea simetría en el conjunto. Con las diagonales se busca también favorecer a la dirección de la luz, que viaja de arriba a abajo y de derecha a izquierda, al igual que la lectura en la visualización de la composición.


La contraportada del mismo número cambia el tono hacia una propuesta más oscura y constrastada, en la que la ausencia de color otorga aún mayor protagonismo a la luz – en sintonía con las tipografías. Se busca un enfoque mucho más íntimo y artístico; de ahí la apuesta por texturas más exageradas, primeros planos e imágenes que evitan la frontalidad. Todas las fotografías de las contraportadas se tratan con curvas para pisar los negros, levantar los blancos y reducir los grises, bajando el rango dinámico y creando una gráfica dualista que intenta reflejar las dos caras del mundo femenino: por un lado un lenguaje propio brillante y personal; por otro lado las consecuencias de una sociedad que opaca el valor tanto de la mujer como de otras minorías por cuestiones puramente ideológicas. La gráfica también busca un espacio de reflexión y un tono más serio.

Mientras la portada del primer número representa la ascensión de la mujer hacia el merecido reconocimiento, la contraportada refleja la opresión del sistema sobre las elecciones personales. Las jerarquías de peso comunican esta idea mediante la modificación del sentido de lectura; en la contraportada la cabecera se encuentra abajo incrementando el peso de la marca sobre la imagen, que trabaja casi como un fondo integrado. La mirada traza una diagonal hacia el titular y su subtítulo, guiando al lector.

En la cubierta completa se observa la simetría del logo, a pesar de que la lectura de la tipografía requiere girar la revista – y con ello entrar en un mundo diferente. Aunque las imágenes son muy diferentes y la propuesta cromática también varía, se mantienen niveles de contraste relativamente similares para aumentar la coherencia del conjunto. En el lomo, se crean cuatro segmentos de acuerdo a las cuatro filas de la retícula. La zona «clara» cuenta con un título en fondo blanco; la zona «oscura» se comporta de manera inversa tanto en tipografía como en fondo. La simetría se mantiene también en el lomo (abajo / arriba) mediante la utilización del mismo violeta claro, si bien se busca el destaque del logo a través del blanco en la tipografía, mientras la información de la edición se reduce en contraste al utilizar el otro color corporativo (violeta oscuro) para la fuente.

Cada número cuenta con una temática de iluminación diferente, y en este caso se trata del diseño de interiores. Se busca una imagen en el que estén presentes líneas muy pronunciadas, y se rota nuevamente en base a las diagonales de la retícula para buscar perspectiva y abrir el espacio. Aunque número 1 y número 11 coinciden en la dirección de la diagonal, otras posibilidades pueden explorarse gracias a la versatilidad de la retícula. Nuevamente se crea un triángulo a través de la luz del LED, reforzando el contenido del titular. Éste queda enmarcado por la luz, aunque en una fila superior a la anterior portada. El titular junto a su subtítulo es por tanto un elemento móvil que se adaptará de manera diferente en cada portada y contraportada, mientras cabecera, información fija de edición y código de barras se comportan como elementos fijos.

Existen dos grandes cambios con respecto a la primera portada; primero, la clave de brillo es mucho más alta. Esta flexibilidad es necesaria porque la luz cuenta con aplicaciones muy diferentes, tanto a nivel de intensidad como de color y contraste. No obstante, se debe adecuar el estilo de la imagen a la idea de «claridad», aunque el contraste esté presente. Para darle una mayor coherencia con el estilo general de la publicación, se le aplica también el filtro cálido 85 aunque en un percentaje mucho más reducido – resultado en una modificación de la temperatura de color, un concepto muy lumínico. El segundo cambio se puede ver en la tipografía. Tanto titular como subtítulo cambian el color al violeta corporativo oscuro. Mientras la cabecera nunca cambiará de color en las portadas (siempre violeta claro), las tipografías que se encuentran en la información de edición, titular y subtítulo si pueden modificar su color entre estos dos violetas, en función del fondo de la imagen. De esta manera se potencia la legibilidad mediante el contraste.

Para esta contraportada se busca una dirección diferente en la mirada, pero nuevamente evitando la frontalidad y buscando los volúmenes en el rostro. Este efecto se consigue en este caso contrastando enormemente la imagen y girando la imagen hacia la esquina inferior izquierda, usando nuevamente una diagonal de la retícula como referencia. Ya que la contraportada siempre es más sobria que la portada en esta revista, nada cambia en lo tocante a cabecera, información fija de edición. Titular y subtítulo sí son ligeramente más flexibles, pero se intenta mantenerlas en el lado derecho para así crear un patrón idéntico para el código de barras en cada número – y así facilitar el cobro de cada revista en las tiendas. Nuevamente no hay miedo al negro, pero se dejan más grises (tonos medios) que en la anterior contraportada para trabajar mejor con la clave alta de la portada.

Quizá por la composición de la fotografía, que ha sido totalmente modificada (una imagen en formato horizontal con muchos grises y totalmente en eje), la contraportada muestra un gran equilibrio con cabecera y titular.

La cubierta, al abrirse, vuelve a mostrar el concepto de simetría gracias a las cabeceras. El conjunto funciona de manera armoniosa y con jerarquías claras a pesar de las ligeras modificaciones en la ubicación de titular y subtítulo. El lomo también sigue la misma estructura gráfica funcionando como elemento de continuidad cuando los diferentes números se almacenan juntos en la estantería.

La revista está pensada para un gramaje medio – alto y en rústica; de ahí el grosor del lomo que será encolado. Estas elecciones servirán para justificar el precio de la revista y constituirá un atractivo extra para coleccionistas y lectores de contenidos premium. Su estructura es reconocible y limpia, y a pesar de ello hay lugar para la ruptura visual y el atrevimiento elegante.

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